Soy de los que creen en el amor, a pesar de todo. Soy de los que piensa que si algún día dejamos de amar nada tendrá sentido, que a pesar de nuestras fallas de origen el amor es una constante que todo lo puede, que a pesar de las marcas que llevamos en el corazón, siempre nos ayudará a seguir adelante.
Me gusta creer en el amor propio, en el amor de pareja, en el amor a la vida y a la familia, cualquier motivo que sea consciente queda, aunque más que creer, me gusta sentirlo y saber que siempre está ahí, que es mi única constante.
Pero qué sería del amor sin entrega, sin compromiso, sin ganas de crear, sin la fuerza para reinventarnos todos los días, ya sea solos o acompañados. Qué sería de nosotros sin quedar expuestos, sin atrevernos a dar pasos en la oscuridad o sin entregar todo lo que somos. Sería todo menos amor, sería miedo mezclado con deseo, serían tantas cosas y a la vez nada.
Creo en el amor a cualquiera por el simple hecho de existir, no solo porque alguien nos hace felices. Creo en esto y otras cosas, pero sobre todo, creo que nada de lo que escribo tiene sentido a menos de haber sido vivido.