Nunca había comprendido el significado del vacío, hasta hoy.
Unas treinta y dos caras rodeándome, pero ninguna era la de ella. Varias manos dibujando trazos inciertos en el aire y yo buscando aferrarme a la imagen de tu rostro, busco, te
busco y me busco; nos busco.
Como ese mar que le hace falta su arena, como ese aire que busca un cabello que despeinar, como ese cigarro que busca su tumba en cualquier boca, como estas letras encontrando tus ojos; así me haces falta, toda la falta existente.
En este párrafo no vengo a escribir ni de ti ni de nosotros, vengo a contarte de mí sin ti. Y es que el extrañarte ya no me cabe en el calendario. Los lunes siguen siendo lunes y yo ya pensando en el martes, los martes quieren ser miércoles y los jueves siguen con su complejo, queriendo vestirse de viernes y yo solo los veo pasar, esperando e imaginando los días en los que te pueda ver.
A veces las sombras me acompañan sin sentido y no me quejo, he aprendido a ponerle color a cada una de ellas; otras veces encuentro trozos de vida, de cuentos, de cuerpos y de lágrimas; otras me encuentro a mí sin ti, aquí y allá, allá y en ningún lugar. Días cómo hoy suelo hallar un trozo de mi corazón tirado por la habitación, lo recojo y le sonrío.
Resulta que al otro lado, en mi imaginación es donde te encuentro; encuentro tus ojos, esos que me regalan miradas, encuentro tus sonrisas, esas que me dibujan los días (cuando suceden) y me encienden las noches. Ahí, en mi imaginación, encuentro lo que somos y me invento lo que seremos, encuentro nuestras manos entrelazadas jurando
una historia eterna y una historia eterna jurando ser nosotros. Ahí encuentro preguntas sin respuestas y respuestas sin una jodida pregunta.
Mi voz se hace pequeña, pequeñísima que ni la misma hormiga la escucha, pero mis letras se ejercitan tanto que podrían entrar a un concurso de cuerpo y estilo; de tu cuerpo y estilo. Me he hecho amigo de la noche, la escucho y me escucha, otras veces me juega trucos y me dejo, es la única manera en la que me sucedes, y otras veces le pido que junto con el viento, me devuelva el olor de tu perfume, ese olor incierto y predominante. Le pido que me traiga tu voz, tu mirada y tu sonrisa, le exijo que me lleve hasta ti, en
ti y por ti. Estúpida noche, algún día me hará caso.
Me voy y me vengo solo con la intención de encontrarme en el mismo lugar del cual me fui y regresé para encontrarme.
Las alas de mi mente luego se ahogan dentro de una habitación y se despluman, comienzo a ser normal de nuevo, no quiero ser alguien normal.
Y entonces perdido sin ti, me hago letras para que siempre me escribas, te escribo para inmortalizarte aquí, allá y en todos lados, te escribo porque es lo mejor que sé hacer, te
escribo porque es la mejor manera de demostrarte lo que siento y lo que quiero para ti, para mi, para nosotros...
Te quiero como ya no se quiere, como una buena amiga; como la hermana, un poquito como a mi madre... en silencio, fuerte y eterno.
Por las noches enciendo la luna para que veas bien tus sueños, por la mañana suelto diariamente un globo amarillo llamado sol para guiar tus pasos. Mis ojos ya no encuentran
en dónde pararse y mirar, sólo hay ojos para cerrar y recordarte, aquí sólo hay ojos para ti.
Me trago un trébol para tener toda la suerte de volver a ocupar un espacio en tu mirada, me pongo una gorra para que nunca salgas de mi cabeza y camino, y vuelvo a caminar; a veces engaño a la rutina con un libro, otras veces solamente como y duermo; y otras más estoy aquí y a veces estoy en ti, pensando en ti.No sé si volverme gurú, brujo, religioso, filántropo o científico, creo que mejor me vuelvo de ti, eso me sale mejor.
Aquí también encuentro miradas eternas, esas que me echas sin cuidado, con el corto tiempo como testigo de ello. Somos tan pobres que no tenemos miedo, somos tan millonarios que tenemos miles de sueños, somos tan únicos que hicimos marca, hiciste de mí una marca.
Cargo conmigo un año más y unas cuantas canas más, cargo conmigo lo que siempre he cargado, cargo también con una enorme ausencia de algunos días que me aplasta. ¡Aire,
regrésame su voz a mis oídos!
Si me vieras, mi voz ya no es la misma, mi cuerpo ya no es el mismo, mi mirada ya no es la misma. Me faltas.
Insúltame, escríbeme, hazme llorar. Abrázame, hazme todo, menos falta.
Estas ganas de correr y alcanzarte que no se me quitan ni cortándome las piernas, estas ganas de abrazarte que no se me quitan ni quitándome los brazos, estas ganas de tener ganas que no se me quitan ni teniendo ganas.
Me gusta echarme un clavado a lo más profundo de mí y comprobar que ahí sigues adentro, otras veces me rasgo el corazón para dejarte salir, pues no soy tu dueño y debes vivir como lo has hecho siempre, a veces me pongo a pensar y otras veces, te escribo, nos escribo. Olvidarme de ti, es olvidarme de mí.
Hoy tropecé con una piedra, imaginé en su forma, mi corazón, ese que suelo mostrar de un tiempo a acá, ese en el que en cada arteria le he grabado un “un te quiero”.
Te echo de menos y te necesito de más.¿En dónde te la pasas? Cuando duermo y te sueño, cuando te respiro y te siento, cuando hay tanta mierda a mi alrededor… ¿En dónde estás? Yo sólo sé que a mí me prometieron encontrarte y no alejarme de ti, por eso nací.
Volví a abrir mis ojos y aterricé ante unas treinta y dos caras que me rodeaban y varias manos que dibujaban trazos
inciertos en el aire. Y entonces floté por tres segundos y te escribí en una nube.Nunca comprendí el significado de vacío hasta hoy...
viéndome sin ti.