miércoles, 25 de diciembre de 2013

SI TE VAS



Si te vas, llévate la historia.
Si te vas, no me dejes recuerdo alguno de tus besos.
Llévate tu perfume y el aroma de tu cabello que se quedaron grabados en mi mente y en lo profundo de mi corazón.
Llévate mis te quiero, mis ganas de despertar contigo.

Si te vas, llévate el tiempo, que sin ti, ya no lo necesito.
Llévate entre tu alas, la ilusión de tenerte entre mis brazos, de comerte a besos y no dejarte ir jamás.

Si te vas, llévate todo, porque todo me recordará a ti.
Aunque estoy seguro que en cada rincón que no te tenga y en la propia ausencia te veré.

Si te vas, hazlo ahora, no me avises ni te despidas, no me des un último beso, no prometas que quizá después de pensarlo volverás.
Si te vas, vete… vete y llévate la historia
la que construimos juntos y la que no pudo existir.

Si te vas, sólo quiero decirte que fuiste lo mejor que jamás viví

y aunque volvieras a marcharte te volvería a vivir.

domingo, 27 de octubre de 2013

EL MOTIVO



Voy a escribir un texto; de esos que a veces hace suspirar a las chicas, pero no es para ti, o tal vez sí lo es pero no quiero que lo sepas. Tal vez es de esas líneas que suelo tener en mis borradores para decírtelas aunque mi cobardía no me deje; aunque me esté desgarrando el interior y por fuera veas solo una mirada que penetra la tuya y sonría sin motivo.

Te contaré un secreto, ya sabes de esos secretos que solo te podría contar a ti; intento olvidarte, y vaya de qué forma, no es que me sienta realmente orgulloso, pero el verdadero secreto (sí, a veces me gusta darle muchas vueltas al asunto) no es que te quiera olvidar, sino lo que me hace intentar olvidarte. Ignoro cuánto tiempo te llevó leer mis últimas líneas, quiero suponer que un par de semanas. La verdad es que el tiempo ahora ya no importa, pues hay un modo de no olvidar a las personas aun cuando estén ausentes, y prueba de ello es la forma en que ahora lees estas líneas. No tienes idea de cómo me gustaría saber qué pasa justo ahora por tu cabeza, mirar tu expresión o si de pronto, por arte de magia (ya sé, ya sé que la magia no existe) apareciera justo ahora a tu lado e intentara besarte.
Ese motivo es lo que me trajo hoy a ti, a estar justo ahora a tu lado, aunque no esté, aunque creas que estoy lejos, aunque pienses que estás sola.

Sí, yo siempre he tenido ganas no solo de besarte (y deja de una buena vez atrás que me refiero a besarte solo en la mejilla), sino también a sentir que soy especial en tu vida, sentir que puedo tocar tu alma, que no soy uno más del montón. Verás, ese día que te dije que me gustabas, no solo esperaba algún tipo de reciprocidad (sí, ya sé que sigo pidiendo algo que tú no puedes darme); me quedé esperando ese beso que nunca llegó. Me quedé esperando que un día hiciéramos el amor. Me quedé esperando verme en tu futuro.

Así que, luego de estas líneas, espero hayas comprendido el motivo de porque sinceramente ya me harté de enviarte toda clase de señales sin sentido, también de que no las has hayas notado y si llegas a preguntarme el por qué, tendré que besarte en los labios para ver si de una buena vez entiendes este motivo. ¿Verdad que fue uno de esos textos que hacen suspirar a más de una? Esta bien, comprendo que no, pero ahora sabes que no todo lo que escribo es lindo, hermoso, romántico ni mucho menos halagador. No te confundas, no quiero decir que no estoy siendo todo lo que acabo de escribir.

martes, 6 de agosto de 2013

POLOS IGUALES


Un día desperté y me miré a mí mismo frente al espejo; pensé en todas esas historias de amor que ves en las películas y lees en los libros. También pensé en todas esas parejas que he visto en la calle, y en que puede que él o ella algún día se fallen. Pensé en todas las parejas que acaban divorciados hoy en día; pensé en el dicho aquel de “polos iguales se repelen” mientras me vestía.


Salí a caminar y a comprar el desayuno como de costumbre, entonces camine, camine y pensé en cómo es que las personas el amor descubren. Pensé en toda esa gente que a su vez pensaba en otra gente, en todos esos hombres prestando sus abrigos, en todas esas risas que se producen al momento de rosar los labios en un ombligo.

Entonces pensé en el resplandor del brillo de la luna, en los ojos de los enamorados, y pensé que quizá por llevar siempre en tu corazón a alguien, algún día todo se vuelve pesado. Pensé en que algún día también quiero de la música bailar al compás; deseé con todas mis fuerzas ser de alguien alguna vez su “estrella fugaz”.

Fui al cine a ver el último estreno y vi a varias parejas tomándose de la mano, entonces pensé en si alguna vez todos ellos no se cansarían de quererse demasiado; y me vinieron a la mente miles de recuerdos donde yo estaba feliz, cuando comía pizza, veía TV y estaba siempre sin hacer nada, sin preocupación alguna.

Luego pensé en su sonrisa, en su cabello revuelto por la brisa. Y nuevamente pensé en el dicho aquel de “polos iguales se repelen” mientras la imaginaba.

Pensé en todos esos amores que juraron ser eternos; también en cómo eran nuestras vidas antes de conocernos. Pensé en todas esas canciones tan bonitas que algunos tratan de olvidar. Pensé en las mismas canciones, siendo amadas por otras personas.

Llegué a casa después de un día sin sentimiento alguno; me recosté en la cama y entonces comprendí todo este asunto.
“Polos iguales se repelen” es algo que la mayoría de la gente dice porque lo escucharon algún día, sin embargo, no tienen ni la menor idea de qué es lo que esto está trayendo a sus vidas.

Si los polos iguales se repelieran, no habría de esas parejas, qué, como son diferentes, ceden a probar nuevas cosas con tal de complacer a su novio o novia, pero que tarde o temprano se cansan de ceder y no satisfacer sus necesidades al cien por ciento. Entonces comprendí.

No estoy diciendo que los polos opuestos no se atraigan, es sólo que creo que se van destruyendo día con día, en cambio, los polos iguales pueden encontrar nuevas formas de divertirse juntos; hacer que su amor dure para toda la vida.

Entonces mis ojos se cerraron y me dormí; en ese momento comencé a soñar. Soñé contigo y conmigo, soñé que tal vez no nacimos para ser algo más que amigos ni para estar toda la vida juntos. Soñé que tal vez éramos polos completamente opuestos, de los que tal vez quieren pero no pueden estar juntos o tal vez pueden pero no les dura toda la vida. Entonces comprendí que algún día encontraría mi equivalente en polo, pero que ese día, no fue ni ayer, ni hoy, ni contigo.

viernes, 14 de junio de 2013

¿QUÉ POR QUÉ EL AMOR DUELE?

Hace unos días una amiga en plena etapa de ruptura con su ex novio, me hizo una pregunta que siempre ha sido muy recurrente a lo largo del tiempo en este y en cualquier otro espacio

¿Por qué el amor duele?
Entonces le cité a San Pablo en su carta a los Corintios, (12,31- 13,8) porque esa es para mí la mejor descripción de lo que es el amor.
Es mi opinión, y yo creo que muchos coincidimos, el amor es y debe ser la máxima fuente de felicidad, de paz, de alegría, de armonía… con esto quiero decir, que el amor no lastima ni hiere, y si lo hace, entonces es cualquier otra cosa menos amor.

El problema es que nos confundimos y esperamos recibir amor donde no lo hay, donde queremos que esté y no donde en realidad está.

“Ama a tu prójimo como a ti mismo” dice el mandamiento, y para mí la parte más importante radica en el “como a ti mismo”. Si no te amas a ti mismo, si no te respetas a ti mismo, si no exiges que nadie te lastime porque te amas a ti mismo, si no te das cuenta que mereces lo mejor y que tu no puedes amar a tu prójimo porque no te amas a ti mismo.

Lo que quiero decir es que: A LA VERGA, ÁMENSE, ámense mucho, mucho y una vez que se amen puedan amar a su prójimo y entonces entre todos construyamos juntos, con amor, un mundo con más armonía.

(P.D) ¿Qué por qué escribo esto? Porque quiero y porque puedo y porque qué es mi página y si quiero darles un mensaje de amor se los doy, putos.

jueves, 25 de abril de 2013

ME QUEDÉ SIN TI

Me quedé sin ti pero más que sin ti, me quede con nada, con un vacío de besos, con palabras que no se dijeron, con sueños que no pude cumplir.

Me quedé sin ti, en medio de la noche, en medio de canciones, de poemas, de recuerdos, de fotografías que hoy me resultan ajenas.

Me quedé con un vaso roto clavado en la mano, haciendo sangrar mis labios, haciendo llorar mis ojos, rasgando los recuerdos de mis mejores momentos contigo.

Me quedé fraccionado, deshecho, incompleto, me quedé sin ti, que eras mi mitad y al mismo tiempo me quedé con nada.

martes, 23 de abril de 2013

EL NIÑO JESÚS

Volteé a ver el reloj y vi las 4:30am. Mi mamá me decía en voz baja “Jesús, Jesús, despierta, necesito hablar contigo”. Con cara seria y el suéter de mezclilla con estampado puesto. Todo paso en un santiamén y noté que mi mamá estaba un poco inquieta.

Caminamos hacia la sala y nos sentamos en el sillón, se le veía preocupada, triste, angustiada. Yo apenas tenía doce años pero sabía que algo estaba mal. Era 24 de Diciembre.

Un día antes mi hermana había puesto dentro del árbol una carta con la lista de juguetes que le pediría al niño Jesús, yo mismo le ayudé a hacer los dibujos para que no se fuera a equivocar. El año pasado había pedido un hornito para hacer pasteles que sabían a hot cakes (Panquecas), ese estuvo bueno, no como sus muñecos que simulaban bebés horribles con miradas escalofriantes, que abrían los ojos cada vez que los levantabas.

A mí me había traído una consola para jugar videojuegos con varios 
cartuchos, solo eso me trajo, sin embargo fue un regalo excelente, mis primos venían a la casa y jugábamos en turnos de dos. Era muy divertido hasta el momento en que mi hermana quería jugar con nosotros, y obvio, no sabía y yo terminaba regañado y castigado por gritarle y no dejarla jugar.

Para este año yo había pedido una bicicleta, la que tenía ya no me quedaba y las de salto se estaban poniendo de moda entre la gente de la cuadra.

Por eso me sorprendió voltear a ver el arbolito de Navidad vacío faltando tan pocas horas para amanecer y mi madre vestida y con cara de angustia llamándome en la madrugada a platicar en la sala.

-¿Ya sabes quién es el niño Jesús?-, me preguntó.
Tuve miedo de responder que mi primo Ándres me había dicho ya desde hace varios meses atrás que el niño Jesús no existía, que eran los papás. Sin embargo asentí en silencio con la cabeza. Mi mamá no pudo contener el llanto y me abrazo mientras sollozaba.
-No tuve dinero para comprar los juguetes Jesús. Fui a la casa de tu tío Richard; le pedí dinero prestado pero tampoco tenía.

Sin dejar de llorar, continuó mi madre su relato. –Estuve buscando a alguien 
que me prestara dinero pero no encontré nada, algunos inclusive me dieron esperanza pero no, así que lo único que pude hacer fue ir a comprar con el dinero que tenía para la comida de esta semana, un balón de fútbol para ti y una muñeca para tu hermana.

Sus lágrimas me contagiaron y empecé a llorar con ella.

Me puse de pie y saqué la consola de los videojuegos, mi mamá supo cual era mi intención y me dijo que no, que estaba bien, que ya vería que hacer más tarde.
-Mami, yo sé que ya no tienes dinero y ella siempre ha querido el videojuego, se lo quiero regalar. La caja original servía para guardar los cartuchos, así que solo tuvimos que limpiar todo, empacarlo nuevamente, envolverlo y ponerle una tarjeta con su nombre.

Volvimos a la cama, me acosté llorando en silencio y no me di cuenta cuándo me dormí, hasta que mi hermana todavía en pijama y despeinada me despertó sonriente -¡Jesús! !Jesús! el niño Jesús me trajo un Nintendo!, ¡como el tuyo!

La abracé fuerte, compartiendo con ella su alegría. Sí nena, como el mío, a ver, vamos a verlo.

Ese día fui el niño Jesús, a los doce años.

jueves, 4 de abril de 2013

COMPRENDÍ EL SIGNIFICADO DEL VACÍO, HOY


Nunca había comprendido el significado del vacío, hasta hoy.
Unas treinta y dos caras rodeándome, pero ninguna era la de ella. Varias manos dibujando trazos inciertos en el aire y yo buscando aferrarme a la imagen de tu rostro, busco, te

busco y me busco; nos busco.

Como ese mar que le hace falta su arena, como ese aire que busca un cabello que despeinar, como ese cigarro que busca su tumba en cualquier boca, como estas letras encontrando tus ojos; así me haces falta, toda la falta existente.

En este párrafo no vengo a escribir ni de ti ni de nosotros, vengo a contarte de mí sin ti. Y es que el extrañarte ya no me cabe en el calendario. Los lunes siguen siendo lunes y yo ya pensando en el martes, los martes quieren ser miércoles y los jueves siguen con su complejo, queriendo vestirse de viernes y yo solo los veo pasar, esperando e imaginando los días en los que te pueda ver.
A veces las sombras me acompañan sin sentido y no me quejo, he aprendido a ponerle color a cada una de ellas; otras veces encuentro trozos de vida, de cuentos, de cuerpos y de lágrimas; otras me encuentro a mí sin ti, aquí y allá, allá y en ningún lugar. Días cómo hoy suelo hallar un trozo de mi corazón tirado por la habitación, lo recojo y le sonrío.

Resulta que al otro lado, en mi imaginación es donde te encuentro; encuentro tus ojos, esos que me regalan miradas, encuentro tus sonrisas, esas que me dibujan los días (cuando suceden) y me encienden las noches. Ahí, en mi imaginación, encuentro lo que somos y me invento lo que seremos, encuentro nuestras manos entrelazadas jurando

una historia eterna y una historia eterna jurando ser nosotros. Ahí encuentro preguntas sin respuestas y respuestas sin una jodida pregunta.

Mi voz se hace pequeña, pequeñísima que ni la misma hormiga la escucha, pero mis letras se ejercitan tanto que podrían entrar a un concurso de cuerpo y estilo; de tu cuerpo y estilo. Me he hecho amigo de la noche, la escucho y me escucha, otras veces me juega trucos y me dejo, es la única manera en la que me sucedes, y otras veces le pido que junto con el viento, me devuelva el olor de tu perfume, ese olor incierto y predominante. Le pido que me traiga tu voz, tu mirada y tu sonrisa, le exijo que me lleve hasta ti, en

ti y por ti. Estúpida noche, algún día me hará caso.

Me voy y me vengo solo con la intención de encontrarme en el mismo lugar del cual me fui y regresé para encontrarme.

Las alas de mi mente luego se ahogan dentro de una habitación y se despluman, comienzo a ser normal de nuevo, no quiero ser alguien normal.

Y entonces perdido sin ti, me hago letras para que siempre me escribas, te escribo para inmortalizarte aquí, allá y en todos lados, te escribo porque es lo mejor que sé hacer, te

escribo porque es la mejor manera de demostrarte lo que siento y lo que quiero para ti, para mi, para nosotros...

Te quiero como ya no se quiere, como una buena amiga; como la hermana, un poquito como a mi madre... en silencio, fuerte y eterno.

Por las noches enciendo la luna para que veas bien tus sueños, por la mañana suelto diariamente un globo amarillo llamado sol para guiar tus pasos. Mis ojos ya no encuentran

en dónde pararse y mirar, sólo hay ojos para cerrar y recordarte, aquí sólo hay ojos para ti.

Me trago un trébol para tener toda la suerte de volver a ocupar un espacio en tu mirada, me pongo una gorra para que nunca salgas de mi cabeza y camino, y vuelvo a caminar; a veces engaño a la rutina con un libro, otras veces solamente como y duermo; y otras más estoy aquí y a veces estoy en ti, pensando en ti.No sé si volverme gurú, brujo, religioso, filántropo o científico, creo que mejor me vuelvo de ti, eso me sale mejor.

Aquí también encuentro miradas eternas, esas que me echas sin cuidado, con el corto tiempo como testigo de ello. Somos tan pobres que no tenemos miedo, somos tan millonarios que tenemos miles de sueños, somos tan únicos que hicimos marca, hiciste de mí una marca.

Cargo conmigo un año más y unas cuantas canas más, cargo conmigo lo que siempre he cargado, cargo también con una enorme ausencia de algunos días que me aplasta. ¡Aire,

regrésame su voz a mis oídos!

Si me vieras, mi voz ya no es la misma, mi cuerpo ya no es el mismo, mi mirada ya no es la misma. Me faltas.

Insúltame, escríbeme, hazme llorar. Abrázame, hazme todo, menos falta.

Estas ganas de correr y alcanzarte que no se me quitan ni cortándome las piernas, estas ganas de abrazarte que no se me quitan ni quitándome los brazos, estas ganas de tener ganas que no se me quitan ni teniendo ganas.

Me gusta echarme un clavado a lo más profundo de mí y comprobar que ahí sigues adentro, otras veces me rasgo el corazón para dejarte salir, pues no soy tu dueño y debes vivir como lo has hecho siempre, a veces me pongo a pensar y otras veces, te escribo, nos escribo. Olvidarme de ti, es olvidarme de mí.

Hoy tropecé con una piedra, imaginé en su forma, mi corazón, ese que suelo mostrar de un tiempo a acá, ese en el que en cada arteria le he grabado un “un te quiero”.

Te echo de menos y te necesito de más.¿En dónde te la pasas? Cuando duermo y te sueño, cuando te respiro y te siento, cuando hay tanta mierda a mi alrededor… ¿En dónde estás? Yo sólo sé que a mí me prometieron encontrarte y no alejarme de ti, por eso nací.

Volví a abrir mis ojos y aterricé ante unas treinta y dos caras que me rodeaban y varias manos que dibujaban trazos

inciertos en el aire. Y entonces floté por tres segundos y te escribí en una nube.Nunca comprendí el significado de vacío hasta hoy...

viéndome sin ti.